Metodología

Cómo trabajo

Gracias a la formación en técnicas propias de diferentes corrientes y orientaciones de la Psicología, defino mi estilo de terapia como integradora. Predomina mi formación en la Terapia Cognitivo Conductual, en combinación con técnicas de otras orientaciones.

Necesidades y objetivos de cada paciente

Mi intención es que cada terapia sea única, adaptándome a las necesidades y objetivos de cada paciente, centrando la asistencia en la persona, en sus síntomas y en sus características concretas.

Formación continua

Sigo formándome en diferentes técnicas y superviso los casos con profesionales externos con la finalidad de poder ofrecer una atención de calidad, y cada vez más especializada.

Cualquier proceso de terapia constará de las siguientes fases:

1. Encuadre y motivación para el cambio

Algo fundamental para construir un espacio seguro es conocer cómo vamos a trabajar, entender en qué va a consistir el proceso y compartir nuestras inquietudes previas a comenzar la terapia. Además, será fundamental analizar cuáles son las razones para iniciar el proceso de cambio, y cuáles serán las claves que mantendrán nuestra motivación a punto cuando aparezcan adversidades emocionales en el camino.

2. Evaluación

Sesiones dirigidas a conocer el motivo de consulta, los síntomas principales y las áreas vitales afectadas. Resulta fundamental definir el problema para poder establecer objetivos  terapéuticos claros y realistas, y entender la dirección en la que se va a trabajar.

3. Trabajo individual

Sesiones dirigidas a profundizar en la historia personal, y comenzar a conocer técnicas psicológicas, en forma de recursos y ejercicios que nos permitan una regulación emocional adaptativa, y nos acerquen a nuestros objetivos terapéuticos.

4. Seguimiento

Una vez alcanzados los objetivos terapéuticos establecidos, resulta fundamental mantener el seguimiento a largo plazo, con sesiones espaciadas que nos permitan evaluar la evolución, y que nos orienten al alta.

Lo importante de los procesos es la flexibilidad, de modo que todo puede modificarse en función de las necesidades de cada persona.

En el caso de la terapia de pareja y la terapia infanto-juvenil, contamos con algunas peculiaridades específicas.

La terapia infanto-juvenil suele requerir la implicación de los progenitores y/o de otros miembros del sistema familiar. En ese caso, se alternan entrevistas y sesiones con los padres a solas, con espacios individuales con el menor, y en caso necesario, con otros miembros de la familia.

Por otro lado, la terapia de pareja requiere tanto espacios compartidos como privados. Siempre se realizan entrevistas iniciales individuales con cada uno de los miembros de la pareja, con el objetivo de conocer las diferentes perspectivas del motivo de consulta y las expectativas sobre la terapia. Después, se alternan espacios conjuntos con sesiones individuales, para ir acercándonos a los objetivos terapéuticos que hayamos establecido.

Terapias
PRESENCIAL U ONLINE
Terapia de Adultos

Un espacio seguro para conocerte, explorar tu historia personal y desarrollar herramientas hacia el crecimiento y bienestar emocional. Trabajaremos juntos para generar confianza y poner a tu disposición recursos basados en la Psicología, que puedan ayudarte a mejorar tu calidad de vida.

Terapia Infanto-Juvenil

Un espacio adaptado a los más jóvenes, donde podrán expresarse de manera efectiva y segura. A través del juego, los cuentos y técnicas proyectivas, los niños y adolescentes podrán expresar sus dificultades y trabajar sobre ellas, potenciando su desarrollo y alcanzando un mayor bienestar.

Terapia de Pareja

Un espacio compartido, que fomenta la escucha activa y el respeto, donde poder negociar y trabajar en la comunicación. Juntos, se explora la dinámica de pareja, estableciendo objetivos para mejorar la relación, optimizar su funcionamiento y mejorar la satisfacción en esta importante área.